¿Cuántos borregos has contado en medio de la noche y simplemente no puedes quedarte dormido? Al fin logras pegar la pestaña, pero un insignificante ruido provoca que te despiertes y la cuenta debe comenzar de nuevo. Sientes que sólo han pasado diez minutos cuando suena la alarma para despertarte y tienes que comenzar las labores del día. El insomnio es más común de lo que imaginas en esta época, así que no te alarmes, te compartimos un truco para quedarte dormido en dos minutos.
El insomnio es el trastorno del sueño más común que presenta la población adulta, sobre todo las personas que enfrentan emociones negativas, ansiedad, depresión, miedo o incertidumbre.
A todos nos ha sucedido alguna vez, pero es importante que antes de recurrir a este truco o cualquier método de origen natural o químico analices cuál es la causa personal de tu insomnio, dejando a un lado todo lo que has leído o escuchado por todos lados.
¿Posibles causas?
Desde lo más común hasta lo más complejo, piensa por qué tu mente no puede entrar en una etapa de reposo y relajación.
En primera, el estilo de vida de tu día a día puede ser la causa de este síntoma. La cafeína, la teína, la nicotina, el alcohol y los azúcares son estimulantes que hacen que nuestro sistema nervioso se mantenga activo. Así que si procura no tomar café o té con cafeína, fumar, beber o cenar muy tarde.
Conoce tu límite e identifica cuál es la hora adecuada para cenar pues no querrás poner a trabajar a tu aparato digestivo mientras tu mente intenta conciliar el sueño.
Hay personas que prefieren no tomar café después de las 12 del día, hay otras más que toleran tomarlo aún a las 6 o 7 de la tarde. Siempre puedes sustituir qué bebidas tomar, así que no hay mayor problema. En cuanto al cigarro, es un hábito que podrías eliminar de tu vida y obtendrías muchos beneficios.
No es recomendable ver tus dispositivos móviles minutos antes de irte a la cama, si es posible intenta dejarlos a un lado, con la alarma ya activada, al menos media hora antes. Al día siguiente podrás navegar todo lo que desees.
Si tu mente y tu cuerpo no consiguen relajarse para quedarte dormido, es porque sienten que hay un motivo para estar despiertos: estar alertas.
No podemos controlarlo todo, así que suelta y piensa que estás en el lugar más seguro: tu hogar. En el lugar más delicioso: tu cama.
Ahora sí… llegó el momento que tanto esperabas: la técnica para quedarte dormido en unos 120 segundos.
«Para el arte del sueño, uno debe estar despierto todo el día».
F. Nietzsche
El truco de los 2 minutos
Más que ser un truco que como por arte de magia te hará conciliar el sueño, se trata de una técnica a la que recurren los militares cuando no pueden dormir sin importar en dónde se encuentren.
Es muy eficaz, después de haber tomado en cuenta los factores que te mencionamos con anterioridad.
Relájate en tu cama, con ropa de dormir cómoda y en una posición cómoda. Los expertos de la salud recomiendan dormir sobre el costado izquierdo debido a la posición de nuestro corazón.
Cierra tus ojos y relaja los músculos de tu rostro, piensa en todos ellos, desde tu frente hasta tu mandíbula y cuello. Relaja los ojos, los dientes y la boca. Después piensa en llevar este estado de relajación a tu cuerpo, piensa en tus hombros, tu espalda, tus lumbares, tus manos, brazos y piernas.
Ahora es momento de respirar lenta y profundamente a lo largo de diez segundos. Inhala por la nariz y exhala ya sea por la nariz o la boca. Aclara tu mente e intenta dejarla en blanco.
En este punto de completa relajación, casi inconsciente, imagínate recostado en esa postura que tienes a lo largo de una canoa en medio de un lago con un cielo azul diurno hermoso.
Después de este paso, visualízate ahora en una hamaca de color negro en medio de una habitación completamente oscura, para mimetizarte y sentir que no hay nada que atender, nada que escuchar ni que ver.
Para terminar con esta técnica, repite durante diez segundos en tu mente «no pienses, no pienses».
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Verás que esta técnica no es un truco mágico, pues para poder notar sus beneficios necesitarás de disciplina y paciencia. El día es para pensar, para moverse, para hacer ejercicio, para trabajar, comer; la noche es para soñar, descansar y tener un sueño reparador para al día siguiente lograr todo lo que nos proponemos.
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