Como casi todos los futbolistas que pasan a la historia, André-Pierre Gignac parece haber nacido con una determinación inquebrantable.
En 2015 llegó a México proveniente de uno de los equipos más importantes de Francia. Desde entonces, además de ganar títulos, se ha ganado la admiración y el respeto de sus compañeros, así como de los miles de aficionados que gritan a coro su nombre en el Volcán, el Estadio de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
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Poco hay que recriminarle a Gignac en su paso por Europa, donde en cada oportunidad que tuvo dio una muestra del talento que tiene para hacer la diferencia.
Gignac, al igual que el rey de la selva, no se asusta con sus rivales ni se amedrenta ante los desafíos. Con el paso del tiempo, estas cualidades lo llevaron hasta su hogar en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, junto a los Tigres.
Gignac hizo su debut oficial con Tigres el 15 de julio de 2015 en el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores, pero no fue hasta el partido de vuelta cuando hizo su primera anotación.
Desde entonces, su legado se ha hecho cada vez más grande, no solo porque las estadísticas lo respaldan como el máximo goleador en la historia de Tigres (con 168 goles) y como el máximo goleador en la historia del clásico regio con 12.
Sino también porque gracias a su humor y la pasión con que defiende la camiseta de los Tigres, ha ganado cinco títulos de la Liga MX con ayuda de sus compañeros.
Según algunos analistas, los grandes jugadores se definen a menudo por una característica en común: la constancia. En este sentido, desde su llegada a Tigres, Gignac siempre ha demostrado ser un líder y un ejemplo a seguir para sus compañeros más jóvenes.
Además, aunque no siempre le ha sido posible alcanzar los objetivos que se plantea, siempre ha demostrado tener el oído agudo de un tigre para escuchar las críticas y mejorar, así como una visión más desarrollada y madura del juego con cada temporada.
Sin embargo, como todo gran deportista, su historia de éxito no hubiera sido posible sin el apoyo de su familia y sus amigos dentro y fuera de la cancha, quienes seguramente pueden confirmar que tanto en su forma de jugar como en su forma de vivir, en Gignac se dan las mismas constantes:
Alegría, perseverancia, pasión y disciplina
Es todo, a partir de este momento el legado de Gignac le pertenece al futbol mexicano y a las nuevas generaciones de fanáticos y futbolistas, quienes recordarán en el futuro que:
André-Pierre Gignac fue parte de una generación que hizo historia y sentó las bases para convertir a los Tigres en uno de los grandes de México, capaz de enfrentar a los mejores del mundo.
El sábado 30 de septiembre de 2023 a las 19:00 horas los Tigres enfrentan a Mazatlán.
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Cuéntanos, ¿cuántos goles crees que anotará Gignac el sábado en la noche?
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