Mi teléfono (no sumergible) se cayó al agua… ¿qué hago?

Actualmente hay diversos modelos de smartphones resistentes al agua, como los más recientes Xperia de gama alta de Sony y el Galaxy S5 de Samsung. Sin embargo, la mayoría de los equipos aún no cuentan con esta característica, por lo que existe el riesgo de que se caigan al agua (en un charco, en el baño…) o se mojen accidentalmente.

En estos casos, el dispositivo puede dejar de funcionar correctamente, por lo que, si ocurre un desafortunado accidente en el que estén involucrados los líquidos, es necesario seguir algunos pasos que pueden ayudar a salvarlo.

Nota relacionada: Las ventajas de tener un smartphone resistente al agua

Quita la batería, el chip y la tarjeta de memoria

Lo primero que debes hacer, en cuanto saques el celular del agua, es apagarlo y quitarle todos los elementos extraíbles, como la batería (en caso de que se pueda), la tarjeta SIM y la tarjeta de memoria externa.

Quitar la batería es primordial, ya que el agua en contacto con la energía eléctrica que ésta alberga, puede ocasionar un cortocircuito, el cual podría dejar inservible el dispositivo. En el caso de los demás elementos, es importante quitarlos para secarlos bien y eliminar el exceso de humedad.

Seca muy bien cada componente

Para el proceso de secado, te sugerimos utilizar un paño que no deje pelusas, como el de microfibra que te recomendamos para limpiar tu smartphone. Recórrelo suavemente por cada parte del equipo, tratando de llegar a todos los huecos que tenga.

Es importante mencionar que no debes utilizar secadoras para el cabello, ya que su calor puede dañar los componentes.

Coloca todo en arroz

Los granos de arroz tienen la capacidad de absorber la humedad (por eso se colocan en los saleros, para evitar que la sal se humedezca). Así que coloca lo suficiente en un recipiente e introduce el teléfono, la batería, el chip y la tarjeta de memoria, durante un mínimo de 24 horas continuas.

Una vez transcurrido este tiempo, el último paso es verificar que todo funcione normalmente. Coloca todos los componentes en su lugar, enciende el dispositivo y revisa que todo marche bien.

Este proceso funciona en la mayoría de los casos si se aplica inmediatamente. Si tu smartphone, por desgracia, no enciende o presenta alguna falla importante, es hora de buscar alternativas para tener otro móvil.

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