La economía inteligente, el futuro ha llegado

La economía inteligente (Smart Economy) es una nueva forma de hacer negocios que apuesta por la innovación y la personalización del servicio que se brinda al consumidor. Sin importar el ámbito ni el sector, este modelo de economía se adapta a los gustos de cada usuario y los sitúa en el centro.

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Ante un creciente número de empresas que consiguen captar la atención de sus clientes a través de la red y tras el auge de las aplicaciones, este método podría dar un giro importante, que se verá reflejado primeramente en el mercado turístico.

El punto clave se encuentra en los servicios de mensajería instantánea. En Asia, es muy común que las empresas se comuniquen con sus clientes a través de una sala de chat.

Incluso, el intercambio de información entre WhatsApp y Facebook obedece a este objetivo: “vamos a explorar nuevas formas para que puedas comunicarte con empresas que sean relevantes pero mantendremos las herramientas para prevenir el spam o los anuncios en formato banner”, aseguró la empresa de mensajería instantánea en el comunicado en el que hizo el anunció.

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Estas nuevas condiciones permitirán, por ejemplo, recibir mensajes del banco en casos de transacciones fraudulentas o de una compañía aérea si un vuelo se retrasa.

Otra empresa que ha volteado hacia esta forma de hacer negocios es Microsoft, pues recientemente anunció que se podrán hacer reservaciones de hoteles a través de Skype.

Además, la digitalización de las tiendas físicas ofrece nuevas experiencias satisfactorias para los clientes.

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“Las experiencias no las puedes compartir en línea, no hay manera de traducirlas, no se puede sustituir lo uno por lo otro. Así que tenemos el reto de buscar la forma de desarrollar esto en línea”, señaló en el Foro Tecnológico de Retiña Bertha González, fundadora y CEO de Casa Dragones, una empresa tequilera que capta a sus clientes por medio de una plataforma web, que ofrece visitas y pruebas para que conozcan su producto.

El objetivo de la economía inteligente es recuperar la humanización que se ha perdido, haciendo uso de los avances tecnológicos que hay al alcance para acercarse a los clientes.