La ballena gris es una especie de cetáceo que en la actualidad sólo habita en la zona norte del océano Pacífico.
Este mamífero realiza una de las migraciones más largas, ya que se desplaza desde las bahías del norte de México, donde las hembras tienen a sus crías en invierno, hasta el norte del mar de Bering, donde se alimentan durante el verano.
La ballena gris llega a medir hasta 15 metros de longitud, pesa alrededor de 36 toneladas y alcanza su madurez sexual entre los ocho y nueve años.
A partir de ese momento comienza a aparearse principalmente en las llamadas lagunas de crianza, que se encuentran en Laguna Ojo de Liebre, Laguna San Ignacio y Bahía Magdalena, en Baja California Sur, México. Aunque en ocasiones también se da durante el viaje de migración.
Las hembras dan a luz una vez cada dos años y por lo general tienen una sola cría, que nace tras un periodo de gestación que dura de 12 a 13 meses.
Al nacer, los ballenatos se alimentan de la leche de su madre por lo menos durante seis meses y permanecen con ellas durante alrededor de dos años más.
Los machos pueden aparearse con varias hembras y no desempeñan ningún papel en el cuidado de las crías.
Migración de la ballena gris
La travesía de estos cetáceos inicia a finales de octubre en el área de Alaska, el Océano Ártico, al norte y el oeste del Mar de Bering, el Mar de Chukchi y el oeste del Mar de Beaufort, donde los animales comienzan a viajar en grupos organizados.
De ahí, nadan paralelamente a la costa oeste de Estados Unidos, hasta llegar a las lagunas de Baja California, las cuales han usado desde que se tiene conocimiento sobre ellas para su procreación y crianza.
El recorrido migratorio tiene una extensión aproximada de 12 mil kilómetros, los cuales se completan en aproximadamente tres meses.
Estado actual y conservación de la ballena gris
Hace aproximadamente 150 años, había tantas ballenas grises que incluso era peligroso navegar en las aguas frente a California y Baja California durante su época de migración.
Pero luego de años de caza desmedida, la población llegó a estar en peligro de extinción, por lo que el Gobierno mexicano decidió prohibir su cacería en las lagunas.
Según información de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, durante el primer censo de la temporada 2016 – 2017, se ha registrado el nacimiento de 208 ballenatos y la presencia de 376 ballenas adultas en las costas mexicanas, mientras que la temporada pasada nacieron 141 crías y llegaron 265 ejemplares adultos.
La buena noticia es que, en los últimos 19 años, se ha tenido un importante crecimiento en el número de crías y adultos, por lo que se puede asegurar que se ha logrado salvar de la extinción a la ballena gris.
Además es una de las especies por las que trabaja la Alianza WWF-Telcel, que en 2008 creó el primer laboratorio en campo para estudiarlas.
Navega por la página de La Naturaleza Nos Llama para tener más detalles de las ballenas grises y conocer más acerca del trabajo que realiza la Alianza WWF-Telcel con ésta y otras especies en peligro de extinción.
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