Desde hace varios años, científicos han estado experimentando con la levitación acústica; es decir, la forma en la que se pueden levitar ciertos materiales en el aire, gracias al poder de las ondas sonoras de alta frecuencia, o sea, ondas ultrasónicas. La levitación acústica funciona colocando ondas sonoras opuestas para crear una onda estacionaria. Con picos que oscilan entre presión alta y baja, empujan al objeto, usualmente más pequeño que la longitud de onda.
Uno de los avances más recientes lo realizó un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio. Lograron no sólo hacer flotar objetos, sino además moverlos tridimensionalmente. Al crear muros de sonido combinados para crear un “punto focal ultrasónico”, atraparon al objeto y ajustaron cada bocina individualmente.
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Otro gran avance fue a través de un cambio en la técnica tradicional. De acuerdo a la frecuencia y longitudes de onda, el objeto más grande que se podía levitar, era de 4 mm. Ahora, se logró levitar una bola de poliestireno de 50 mm y 1.5 g de peso.
La ciencia está muy interesada en la levitación acústica debido a que ésta podría controlar líquidos en el espacio o permitir el manejo de material cáustico o demasiado peligroso para su investigación bajo circunstancias normales.
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La medicina ya está explorando esta técnica como forma de mejorar tanto el grado de pureza de las sustancias médicas, como la forma en la que las mismas son introducidas al organismo humano.
Por desgracia, aún estamos lejos de poder mover objetos tan grandes como un ser humano. Por otra parte, cada que te pongas los audífonos para disfrutar tus playlists favoritas en Claro música con la Red de Telcel, recordarás esta nota. ¡Esperamos tus comentarios en nuestras redes sociales!