Si has entrado a las redes sociales en los últimos días, seguramente has oído hablar de la nueva película de Coralie Fargeat, La sustancia.
Esta cinta no solo sacude las salas de cine con sus imágenes viscerales, sino que además ofrece una crítica mordaz a la industria del entretenimiento ¿Pero realmente es tan impactante como dicen?
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Conocido como body horror, el terror corporal es un subgénero que se centra en la transformación, degeneración o destrucción del cuerpo humano.
En lugar de que el protagonista se enfrente a algo sobrenatural, pierde el control sobre su propio cuerpo a través de mutaciones, enfermedades u otros cambios.
Coralie Fargeat, la mente detrás de este monstruo cinematográfico, ha creado una película que incomoda. No solo por sus escenas sangrientas, sino porque logra que muchas personas nos sintamos identificadas.
¿Pero por qué tanto alboroto? Bueno, si alguna vez has temido que te despidan por no ser lo suficientemente joven; si has sentido que ya no le gustas a alguien a medida que envejeces, compartes la inquietud de la protagonista, Elisabeth Sparkle (Demi Moore).
Ella es una estrella en decadencia que se somete a un experimento para rejuvenecer su cuerpo. Sin embargo, lo que parecía la clave para recuperar su fama se convierte en una pesadilla.
¿El resultado? Un baño de sangre, trastes sucios y altas dosis de resentimiento que deja a La mosca (1986) como un paseo por el parque.
Lo más destacado es la creatividad con la que Fargeat utiliza el horror corporal para criticar la obsesión humana con la belleza y la juventud.
A lo largo de varias escenas, Elisabeth, o más bien su versión “mejorada”, Sue (Margaret Qualley), busca ser venerada a toda costa por su belleza, talento y juventud.
Lo único malo es que cada segundo que pasa como Sue implica la destrucción de su yo original.
Gracias al increíble trabajo de maquillaje y caracterización, las imágenes sobre el “verdadero” costo de la belleza son grotescas y nada agradables. Así que sí, La sustancia es tan perturbadora como se dice.
Pues además de horrorizarnos con los cambios físicos que vemos, nos invita a cuestionar: ¿vale la pena cambiar por encajar en un estándar que nos devora desde dentro?
Aunque el terror corporal ha estado presente en la industria cinematográfica desde hace tiempo, Demi Moore y Margaret Qualley parecen haber reavivado el interés por explorar el miedo que sentimos al perder el control de nuestros cuerpos.
De este modo, La sustancia podría marcar el inicio de una nueva ola de interés en este tipo de terror, al igual que lo hicieron Hellraiser (1987), La cosa (1982) y Akira (1988) en su época.
Así que es cuestión de tiempo para que veamos surgir una nueva generación de películas de horror corporal. Mientras tanto, disfruta de las mejores películas de Demi Moore y Margaret Qualley:
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Cuéntanos, ¿ya viste La sustancia?
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