Spotify acaba de desembarcar en Japón y llegó con el objetivo de adueñarse de tímpanos japoneses, aunque hasta ahora las cosas no han salido tan bien como se esperaba.
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Su llegada fue anunciada en Tokio, aunque sus oficinas empezaron a operar hace ya más de año y medio, pero por distintas broncas no habían podido salir al mercado oriental de manera formal.
¿Qué ofrece? El mismo paquete que en todos los países donde opera: un servicio gratis o uno Premium que cuesta 8,6 euros, unos 175 pesos; aún así no logra atraer al público japonés.
¿Cuál es el problema? Las bibliotecas musicales del Spotify japonés no cuentan con las bandas ni artistas más populares de aquel país, pues los nipones prefieren comprar en tiendas de música tradicionales el material de sus artistas favoritos en CD o incluso aun en vinilos.
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¿A qué se debe esta pobreza en sus listas? Pues a las grandes casas discográficas nipona no les late para nada la idea de entregar su material musical gratis por internet… en pocas palabras: derechos de autor.
Un dato que le debe dar justo en las playlist a Spotify es el hecho de que Japón es el segundo mercado en materia musical a nivel mundial, ya que sus ventas anuales alcanzan los 26,328 millones de dólares, pero de éste ingreso, un alto porcentaje proviene de material físico como en CD o vinilo.
Lo curioso del asunto es que en un inicio el panorama pintaba para que Spotify entrara a este mercado tan llamativo monetariamente, pues las opciones de música en streaming y gratis no son muchas.
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Aunque a veces los comienzos son difíciles y la competencia contra Apple Music y Google Music se ve bastante interesante, estos últimos no proporcionan sus servicios sin un pago de por medio… ¡punto para Spotify!
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